lunes, 30 de junio de 2008

Meses para el jardín.

Aprovechando los días de otoño e invierno, saqué del jardín delantero casi todos los rosales, con el fin de agruparlos y que me resulte más cómodas las labores de abonado.

Hubo que picar unas baldosas para crearles, dentro de un pequeño espacio, un sitio adecuado para ellas. Pero ya está todo plantado, esperando la llegada de la primavera para despertar.

Mientras eso sucede, hemos podido disfrutar el placer de ver los primeros narcisos florear, una de las camelias cubrirse de mágias, la útima rosa del otoño.





jueves, 8 de noviembre de 2007

Jardín interior.

Cuando compramos esta casa, motivados exclusivamente por un liquidambar que se veía a través de una ventana, no sabía que ésta, mi casa, tenía tan bellos atardeceres.










He disfrutado mucho de sus nubes y sus lluvias, de su sol primaveral, de su ausencia de verano.

Mi casa tiene un pequeño patio en la parte de atrás, donde viven algunos árboles que busqué siempre, y a quienes amo profundamente.

Un Brachychiton discolor, que hace prolongar el otoño (pierde sus hojas en primavera), y que siembra de rosadas estrellas el cielo.




Una catalpa, árbol de corazones y orquídeas, que me ayuda a creer que vivo en un pequeño bosque.


Una cassia corymbosa que planté de semillas


Un mandarino y sus fugaces y ácidas frutas, y mi motivador de fotografias mágicas, un hermoso y gran liquidambar... cuántos astros y galaxias vuelan a lo largo de sus ramas?... infinitos!


Y tiene, en la parte delantera, un pequeño espacio para las rosas.

Al comprar nuestro hogar, emulaba nuestro jardín los espacios desiertos que se acumulan en las casas sin alma. Esos espacios despoblados de piedras, de plantas, de vida.

A nuestra llegada, llegaron las plantas. Y ha sido un cultivar lleno de alegrías y satisfacciones. Un refugio para los momentos de soledad, como no podría describir.



La conexión del ser humano con el mundo vegetal, es mágica y única. Y he tenido la dicha de comprenderlo cada vez que abro los ojos, y cada vez que en sueños, me encuentro en mundos de amapolas y geranios, con nubes de colores, con corderitos de amaneceres anunciadores de lluvias.


Hace tres temporadas (invierno 2.005) para el día de la madre pedí rosas. Y me llegaron en junio siete rosales, los primeros de mi vida, a raíz desnuda.


Aquí están recién plantados, en medio de la nada.


No me he empeñado como me gustaría, en dejar este espacio como está dibujado en mis sueños. Con los inviernos, mi alma es más contemplativa, y si el invierno de alarga, me alargo dentro de mí misma, y hago miles de cosas sólo en el sitio que poseo en la mente (recuerdo haber mencionado de mis colecciones mentales).

Aquí, hace unas semanas, mi jardincito tomando forma. Estaban algunas plantas en tieztos y bolsas, esperando encontrar su ubicación permanente, aunque nada es permanente en mí, y cambio de lugar todas las cosas :S




Quiero con ésto, motivar que esos pequeños jardines sin nombre, esos balcones o jardineras, esos diminutos huertos que a veces deseamos, salgan a la luz de la primavera.

:)

No sé aún cómo poner videos de you tube directamnete aquí, pero invito a escuchar una de las canciones que, para mis gustos, está dentro de las más hermosas.


La Jardinera, de Violeta Parra

Para olvidarme de ti,
voy a cultivar la tierra,
en ella espero encontrar
remedio para mi pena